¿Por qué una biblioteca en un local anarquista?

La biblioteca del local anarquista Magdalena cumplió 20 años el pasado 2023. Su fondo se encuentra depositado en la calle Dos Hermanas 11 del centro de Madrid. A tiro de piedra de Latina y Tirso de Molina.

Algo más de tres mil libros ordenados en estanterías que constituyen un reducto de lo que en otros tiempos fue una práctica habitual de los movimientos sociales. Las bibliotecas autogestionadas, comenzaron a extinguirse de manera generalizada durante la segunda década de este siglo por múltiples razones. Pese a que no parece que el binomio lectura / colectivo sintonice demasiado bien con las vidas demencialmente aceleradas que llevamos, la biblioteca resiste y sigue abriendo sus puertas semana a semana. No vamos a engañar a nadie, no acuden las masas, pero sí lo hacen suficientes personas como para que consideremos que el proyecto tiene sentido.

¿Y por qué lo tiene?, ¿qué hace que creamos relevante seguir implicados en un proyecto como este? 

Lo que sigue continuación son unos frágiles apuntes que buscan responder a esta pregunta, el recuento provisional de conversaciones informales que se han producido en estos últimos meses…

Una biblioteca física ofrece un lugar de encuentro real en un contexto donde lo virtual gana cada vez más terreno.

El anarquismo tiene una larga tradición de bibliotecas populares al que merece la pena honrar.

Los libros son caros, compartirlos es un ejercicio de sentido común (y un goce).

Los libros son necesarios para pensar otras formas de vivir que no sean esta en la que estamos inmersos.

Los libros ocupan espacio (ocupan mucho espacio), y vivimos en viviendas que suelen ser pequeñas y con frecuencia precarias.

Nuestro fondo bibliográfico es una herramienta de aprendizaje y a la vez un recurso de numerosas luchas.

Las estanterías llenas de libros están vivas, mutan, crecen, se desprenden de lastres, inician nuevas ramificaciones y exploran territorios desconocidos.

La lectura establece alianzas.

Pensar a solas es complicado, y con frecuencia poco recomendable, es mejor hacerlo acompañadx. 

Recomendarse libros entre iguales es una de las cosas buenas de la vida.

Esta biblioteca es un lugar siempre en construcción.

Necesitamos materiales que permitan superar la contracción del pensamiento a la que animan las redes sociales (y la sociedad en general).

Creemos en la formación como herramienta emancipatoria.

Apostamos por lo colectivo, por sostener mientras sea posible todo aquello que lo fomente y fortalezca. Y una biblioteca nos parece ejemplo de ello.